Bertoldino:
"Los cuatro hermanos Quiñones
a la lucha se aprestaron,
y al correr de sus bridones,
como cuatro exhalaciones,
hasta el castillo llegaron.
¡Ah del castillo! - dijeron -.
¡Bajad presto ese rastrillo!
Callaron y nada oyeron,
sordos sin duda se hicieron
los infantes del castillo.
¡Tended el puente!... ¡Tendello!
Pues de no hacello, ¡pardiez!,
antes del primer destello
domaremos la altivez
de esa torre, habéis de vello...
Entonces los infanzones
contestaron: ¡pobres locos!...
Para asaltar torreones,
cuatro Quiñones son pocos.
¡Hacen falta más Quiñones!"
Mendo:
"En doña Sancha Mendoza,
hija del Conde de Aldoz,
puso don Lindo los ojos,
y con los ojos su amor;
y doña Sancha una noche
a don Lindo se entregó,
porque cantóle una trova
al pie de su torreón,
y era la trova tan linda
y tan lindo el trovador,
que doña Sancha rindióse
con el do re mi fa sol."
Mendo:
"Por las grietas del torreón
trepé cual una raposa,
que eso en mí, Conde, no es cosa
que llame ya la atención;
pero como en el descenso
suele más peligro haber,
y yo cuando subo, pienso,
que tengo que descender,
llevo siempre a previsión
una escala de garduño,
y ésa es la escala, don Nuño,
que pende del torreón."